El caso es que desde noviembre, empezaron a pasar las semanas, y no sé muy bien cómo ha podido pasar tan rápido, he estado tan entretenida con la hermanísima mayor (que esta entusiasmada con la llegada de garbancit@) y con tan poco tiempo para mí, que de repente me veo escribiendo esto ya en el ecuador del embarazo!!
Las dichosas náuseas del primer trimestre
Durante estas semanas, en comparación con el embarazo de Julia (las comparaciones son odiosas, pero no lo puedo evitar) he tenido que tragar mucha saliva y aguantar el tipo en muchas ocasiones para que las náuseas no me llevasen de cabeza a la taza del váter. Pero conseguí llegar a enero, casi el final del primer trimestre, sin ningún vómito. Tengo que dar las gracias a la inestimable ayuda de mis desayunos de pan con aguacate y ajo, el agua con limón exprimido y las benditas pastillas Juanola.
Fuente: http://www.clicfarma.com |
Y con la eco de la semana 12, llegó la calma
Llegó el día de la ecografía y fui acompañada del papá de mi garbancit@. Nerviosos, con ganas de volver con la primera foto para enseñarle a la futura y orgullosa hermana mayor, y por supuesto de que nos dijesen lo que todos queremos oír: que todo estaba bien.
Nada más tumbarme Diego me hace señas con el dedo y una cara risueña como de alivio me tranquiliza. Después me confesó que al ver que había un solo bebé y que se movía, respiró aliviado (muchos gemelos tenemos en la familia por ambas partes, así que la lotería nos podría haber tocado por duplicado, con el cambio de vida que eso podría implicar y la verdad es que con uno sólo estamos la mar de encantados).
El caso es que todo estaba en sus sitio y salimos felices de la revisión. Eso sí, nos comentan que estamos de una semana más de lo que pensábamos, es decir, por la fecha de la última regla estábamos en la semana 12+1 y resulta que estábamos de 12+6, según las mediciones de la ecografía. Otro día contaré la acalorada discusión que tuvimos en esos días mi pareja y yo sobre el tema de las modificaciones de las fechas probables de parto. Eso sí, en ese momento es cuando pude comprobar que mi cuerpo funciona como un reloj, y que esas ganas de comerme a una vaca de la semana anterior ya me estaban indicando que el primer trimestre había concluido satisfactoriamente.
Os dejo con la primera foto de mi garbancit@:
Ecografía del primer trimestre |
No hay comentarios:
Publicar un comentario